Puradies Nature Resort / NOA

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El hotel de gestión familiar con sus 76 habitaciones y 14 chalés, diseñado como un pueblo, hace honor a su nombre: para aquellos que buscan relajación y los amantes del deporte, el hotel ofrece instalaciones paradisíacas. Originalmente una masía con habitaciones para huéspedes, ahora es un hotel dedicado al ecoturismo. La filosofía sostenible recorre la oferta de actividades, la gastronomía y la arquitectura. Entre sus huéspedes encontrará apasionados esquiadores, ciclistas de montaña, excursionistas y familias con niños que disfrutan escalando las cimas de las montañas.

Este sorprendente paisaje fue el foco de NOA desde el principio del proceso de diseño. Antes de la reciente ampliación, el hotel contaba con un estanque natural para bañarse con paseos marítimos, pero no con piscinas. La fuerte demanda fue el detonante de un concepto de spa completamente nuevo, que incluye zonas de bienestar y deportivas, así como el nuevo restaurante interno Ess-Enz.

Sublimidad sin elevación. El nuevo edificio, que ahora alberga salas de fitness y yoga, áreas de descanso y salas de relajación, su propia piscina para niños, una piscina para adultos y el restaurante, está armoniosamente integrado en el paisaje a pesar de su tamaño y extensión. Los planos de planta están dispuestos en filas concéntricas, mezclándose con la topografía natural. Un centro da al lago para bañarse y el otro a la colina del lado sur. Esto crea dos fachadas que, a pesar de sus diferentes orientaciones, están en equilibrio entre sí y son atractivas sin importar desde qué dirección se acerquen. Los techos verdes se mezclan perfectamente con los prados, mientras que debajo los espacios separados tienen excelentes vistas al norte y al sur y se abren para maximizar el disfrute del entorno. La nueva ala de bienestar con sus diferentes espacios se eleva como una suave ola desde el suelo y desaparece nuevamente en el prado con sus expresivas marquesinas puntiagudas. Para el espectador se conserva el paisaje pastoral con sus interminables extensiones y altas hierbas, tan característico de esta zona.

Entre la casa principal y el nuevo edificio se extiende un césped con parterres elevados, una fuente columnada de cuarcita Dorfer y una hoguera al aire libre, mientras que bajo tierra se ha mantenido el pasillo existente que anteriormente conducía a la zona de recepción de belleza. Este es el punto de conexión para el acceso a la nueva zona de bienestar. Un nuevo y largo pasillo, cuyo diseño interior crea el ambiente para la experiencia de cuatro elementos, conduce, pasando por las salas de tratamiento, a la sala de deportes y fitness con vistas a un patio interior con un jardín de rocas. En el propio pasillo, los elementos de tierra y aire se encuentran, representados como una pared rugosa de superficie en un tono tierra en un lado y telas de lino claro en el lado opuesto de la ventana. El yeso mineral y tosco aporta tacto al pasaje, mientras que los tejidos vivos y luminosos le confieren un aire místico.

Ideas, perspectivas, puntos de vista. Después de pasar, el huésped es recibido en primer lugar por el salón con chimenea, una sala de dos niveles que conecta la zona de bienestar y el restaurante en varios niveles. Como sugiere el nombre, el elemento central es una chimenea colgante abierta en forma de cuenco enmarcada por una obra de arte de pared del piso al techo de un joven artista local, Michael Lang. Cojines para sentarse y plantas dan carácter a la habitación, que está revestida con alfombras de sisal. Aquí los huéspedes pueden relajarse con una bebida y disfrutar de las vistas en un ambiente ardiente y terroso. El salón con chimenea conduce a la nueva sala de yoga, que también se puede utilizar como otra sala de relajación con sofás plegables. Una escalera sube por la galería hasta el nuevo restaurante.

Continuando por el nivel inferior, el pasillo conduce a la zona de la piscina infantil. Aquí se encuentran los elementos tierra y agua. Lo primero que llama la atención es la piscina con su forma libre orgánica y un tobogán de agua, rodeada de rincones íntimos que invitan a la relajación y el juego. Están equipadas con suelo de madera, cojines profundos, tumbonas y sillones cubiertos con telas de exterior, así como alfombras de sisal y lámparas de tela con pantalla de hilo. Un carácter hogareño y acogedor y un fascinante juego de luces y sombras confieren carácter a la habitación. Directamente encima de la piscina hay suspensiones metálicas para plantas colgantes. En el exterior hay una zona de mesas, protegida del viento y del sol, con una zona de césped que se extiende hacia el estanque para nadar.

Pasando los vestuarios y las instalaciones sanitarias, el huésped del bienestar llega a la piscina principal, que continúa hacia el exterior. Además de las numerosas posibilidades de descanso cerca del suelo, un elemento destacado del diseño es una plataforma ligeramente más alta en el centro de la habitación. Desde aquí se puede disfrutar de la vista de la piscina hacia el estanque de natación, envuelto por cortinas flotantes de lino claro que cambian de color de claro a más oscuro hacia el suelo. La ligereza contrasta aquí también con la pared de superficie rugosa que recorre toda la zona de bienestar como referencia a la tierra.

Entre vistas a la montaña y al valle. En la planta superior, el nuevo restaurante a la carta Ess-Enz es una auténtica fusión de todos los elementos. En el lado sur, el edificio sólo es aparente como arquitectura a este nivel, aunque discretamente y fiel al terreno. La transparencia proporcionada por los grandes frentes de vidrio y los tragaluces empotrados crean una ligereza y permiten vistas impresionantes del estanque, la piscina y el cielo. En el interior, los elementos del techo de madera con formas orgánicas y plantas colgantes recrean el perfil en altura de una montaña. Las luces cortadas con láser de madera, que parecen vibrar con la circulación del aire, realzan aún más la sensación de ingravidez, mientras que las islas de asientos compactas, con cubiertas de tela que son en parte lisas y en parte estampadas, mantienen el diseño firme.

Junto al restaurante hay una terraza orientada en diferentes direcciones que ofrece vistas al panorama montañoso y a los prados. El espacio se caracteriza por la sección inclinada de los techos salientes, cuya silueta arquitectónica cambia constantemente según el ángulo de visión. Entre dos estructuras cerradas se crea un espacio abierto muy interesante, que influye fuertemente en la percepción del paisaje. Separadas del restaurante por la terraza solárium hay otras dos salas de relajación, una de piedra natural dedicada a la tierra y otra con superficies de sisal abiertas al aire. Desde aquí se puede regresar al sótano y a la piscina principal. Esto completa el ciclo del área de bienestar en el punto donde el edificio se funde nuevamente con el paisaje.

Texto de Barbara Jahn. Traducciones de Landoor.